Viernes 29 de Julio, Salón Lagartos (Gdl)
Causa, síntomas y cura de la tristeza
-Más no del dolor del alma y la melancolía-
El síntoma más claro de la tristeza es mirar un crepúsculo con la sensación de asistir al entierro de los amaneceres; de ahí que en ocasiones se le confunda con la melancolía que produce el amor inalcanzable o con el dolor del alma que tiene su origen en la muerte de un ser querido. Pero la melancolía es incurable porque los enfermos de este mal que han alcanzado el amor por el que amargamente sufrían, lo han despreciado después para fijar su atención en otro amor, para verse de nuevo despreciados, hasta enamorarse finalmente de la muerte y ser correspondidos y felices. No. La tristeza tiene remedio pero no es el mismo que cura el dolor del alma: el tiempo. No, qué va a ser. La tristeza se cura más fácilmente. Bastan dos copas de licor cuando empiezas a ver en el clavel que nace al que se marchitará, para que veas lo que realmente ves: un botón de clavel.
Con la cura del licor el sol que se pone anuncia una noche de neón, show, aliento y sudores compartidos hasta el amanecer. ¡Ah, el amanecer! Cuando los médicos sepan esto, prohibirán las dietas de licor con su cauda de locura, de suicidios, y de clubes donde la gente se reúne a rendirle culto a la tristeza y a su causa: la sobriedad.
ACLARACIÓN: Los mismos médicos que confunden dolor de alma, melancolía y tristeza, pueden aplicar equivocadamente la cura. Fatal. Bajo la cura del licor, los enfermos del alma lloran lastimeramente y piden reunirse en el más allá con los ausentes. A los melancólicos les produce catatonía.
Angel Norzagaray
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