La serenata

miércoles, febrero 09, 2005

Ahora que los ladros perran,

ahora que los cantos gallan,

ahora que, albando la toca,

las altas suenas campanan,

y que los rebuznos burran,

y que los gorjeos pájaran,

y que los silbos serenen,

y que los gruños marranan,

y que la aurorada rosa,

los extensos doros campa,

perlando líquidas viertas

cual yo lágrimo derramas,

yo, friando de tirito,

si bien el abrasa almada,

vengo a suspirar mis lanzos,

ventano de tus debajas.

Tú en tanto duerma tranquiles

en tu camada regala,

ingratándote así burla,

de las amas del que te ansia.

¡Oh, ventánate a tu asoma!,

¡oh!, persiane un poco la abra,

y suspire los recibos

que este pobre exhalo amanta.

Ven, endecha las escuchas

en que mi exhala se alma,

y que un milicio de músicas

me flaute con su acompaña.

En tinieblo de las medias

de esta madruga oscurada

ven, y haz miradar tus brillas

a fin de angustiar mis calmas.

José Manuel Marroquín

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